martes, 3 de agosto de 2010

La popular Mykonos

(Mil perdones por el retraso en las crónicas pero -afortunadamente- está siendo un intenso verano de recibir a gente a bordo -nuevos amigos para siempre, que van dejando su impronta y un poquito de su alma en las bodegas del Alea- y de descubrir rincones increíbles, pero también un verano en que el internet nos está dejando tirados a cada momento y lo de conectar se está convirtiendo en una odisea!, en fin, que nuestro relato sigue en mayo mientras agosto se ha impuesto en el calendario... pero seguimos aquí)


Y por fin llegamos a la famosa y sin par Mykonos... y la verdad, no nos gustó demasiado!

El puerto nuevo está a unos dos km del pueblo (más o menos) aunque eso no suponía ningún problema: somos de los que disfrutamos de la vida en puerto y está perfectamente comunicado con bus/taxi/autostop con el centro. La razón es preservar el puerto viejo del tráfico constante de ferrys, cruceros y veleros. Nada que objetar!

Pero por primera vez en mucho tiempo los megacruceros dejaban de ser una anécdota para ser la norma; como mínimo tres al día (en el puerto, fondeados) imponiendo su presencia -por unas horas que la idea es correr y ver mucho en poco tiempo- y a cual más grande... con deciros que un día nos encontramos escuchando a la Pantoja a través de la megafonía de uno de ellos!

Sin embargo -la verdad- hasta en este entorno pudimos disfrutar de algunas puestas de sol inmemorables



Hicimos la primera nocturna en mucho tiempo, tras un largo día de navegación placentera, a un puerto casi vacío en el que amarramos abarloados al muelle aunque a la mañana siguiente cambiamos para poner popa al muella utilizando los flamantes muertos de la nueva instalación; con el paso de los días descubriríamos que Mykonos es una parada habitual de los chárter que tienen base en Lavrio y que es el puerto que les toca los miércoles y jueves en su ruta semanal... el resto de los días el puerto tiene espacio de sobras!

Hemos estado un montón de días en este puerto y capítulo a parte merecen todas las aventuras "vecinales" que nos ha tocado vivir. Queda pendiente la cŕonica.


Hay únicamente un pantalán que ofrezca agua y electricidad (previo pago de una tarjeta de 20€... mejor pasear hasta Syros donde se consigue lo mismo por 1'80€) pero ofrece buena protección (importante estudiar la dirección del viento a la hora de elegir el pantalán) y es gratuito y "tranquilo" -si te evades de los numeros ferrys y cruceros- pero por lo demás es un lugar al que poco se le puede criticar.

Por el método de autostop (a particulares e incluso a buses) nos fuimos desplazando al centro más de una vez.

La verdad es que por primera vez en mucho tiempo sentíamos que estábamos en un lugar abarrotado, eso que se llama un lugar turístico (con mayúsculas) con gente por todos lados, con españoles en viaje relámpago por todos lados, con dificultades para avanzar por las calles ¡y sólo era mayo!

supongo que el problema es que nos habíamos acostumbrado a esas islas en las que la población de cabras superaba con creces a la de humanos y que ya no recordábamos el fenómeno turístico en toda su magnitud.



Hay un gran parking a la entrada de la ciudad y taxis, buses y coches acaban normalmente ahí su recorrido. En el último tramo a pie pudimos disfrutar de nuevo de la visión de los pulpos al sol




Y nuestro primer paseo nos llevó a lo más famoso de la ciudad de Mykonos, la zona que se conoce como la pequeña Venecia (edificios antiguos colgados sobre el mar, tabernas casi en la orilla, vistas privilegiadas para la puesta de sol... y cervezas a 7€, spaguetthis a 30€ los más baratos)


Y las cosas como son, tuvimos la "suerte" de disfrutar de un día de huelga de ferrys -no opinó lo mismo Izaskun, que venía a pasar unos días con nosotros y pasó más dificultades que si participara en una ginkana para llegar al Alea- que nos dejó pasear por unas calles inauditamente vacías



decorados de ensueño que habían perdido a sus actores por un día (de verdad que cuando llega un crucero se nota cómo van desembarcando en las lanchas en grupos de 25 o 50... algunos con el mismo chaleco identificativo: en fin, otra forma de viajar, tan respetable como alejada de la nuestra)




Y aunque desde el puerto podíamos ver puestas de sol increíbles



No nos resistimos a ir a la playa para ver "la puesta de sol" de Mykonos




Eso sí, compartida con la multitud




Y de las imágenes que la luz del ocaso esconde detrás de cualquier esquina




Y en uno de los días que estuvimos en la isla -que fue nuestro puerto base durante el mes de mayo- alquilamos un coche junto a Edit para descubrir qué rincones escondía


Nos hablaron de un monasterio de mármol en un pueblecillo en el interior y para allá que nos fuimos


El pueblo era pequeño -famoso por sus tabernas y restaurantes- y el monasterio no nos decepcionó.

Lo mejor ver al pope




y descubrir que -sin duda- algún antepasado suyo había sido modelo para la talla de la torre (no negaréis el parecido ¿verdad?)



Y desde ahí nos dedicamos a recorrer las distintas playas de la isla, esas que -junto a discotecas y lugares de marcha- la han hecho famosa. Y si bien es cierto que son playas de arena -algo poco habitual por estos lares donde abundan las piedras- no nos parecieron tan especiales... tal vez porque estaban todavía vacías, preparándose a marchas forzadas para recibir a los turistas del verano



Sin embargo en nuestro peregrinar dimos con un pueblecito de pescadores precioso, tranquilo y nos tomamos uno de los mejores cafés griegos del mundo, mirando las barquichuelas




Y llegamos a una bahía que se sitúa al norte de la isla, playas famosas, buen resguardo para el escaso viento del sur



y ahí desplegamos todos nuestros medios y nos regalamos una comida con las olas como banda sonora y el mar como escenario: cinco tenedores!!



Y terminamos el día visitando el faro de la isla, imponente aun en su descuido



y como siempre jugamos a que nos comprábamos un faro y vivíamos en él -en algún lugar remoto y alejado- y alquilábamos habitaciones y salvábamos a los veleros de las rocas, y éramos felices...



y en los días que hemos pasado en la isla hemos disfrutado del azul del agua, hemos salido a fondear en alguna calita, hemos visitado la isla de Delos, todo como nos gusta, sin prisa y para mayor alegría, acompañados



En fin, que tal vez no sea nuestra isla favorita... pero tampoco es un mal destino ¿verdad?


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Silvia,coincido contigo que son muy bonitas esas puestas de sol!!,y tambien me encantaria poder pasear como lo hacen uds.,sin la prisa y el aglomeramiento que caracteriza a los cruceros,pero reconozco que para la gran mayoria es la unica manera de poder acceder a tan hermosos lugares.Cuando regresen mis amigos,les preguntare si no han visto un hermoso velero color naranja,fondeado por alli en el puerto....les dire que yo estaba alli como" polizona" jajaja..
Un abrazo Silvia,sigan disfrutando,y que pasen un inolvidable verano!!!.
hacia donde nos dirigimos ahora?.
VIVIANA