lunes, 1 de agosto de 2011

Pto Kaio

Con la nueva tripulación a bordo continuamos con nuestro recorrido por el Peloponeso después del "parón" de casi dos semanas en Gythion y ponemos rumbo al sur. La previsión de la meteo indicaba viento del W (ideal para nuestro recorrido) pero al salir nos recibió un viento flojito del SE... ¡qué le vamos a hacer!, en cualquier caso, hay que mirar el lado bueno de las cosas, pudimos ir a vela aunque no a más de 3/4 nuditos y Carlos -que era novato en esto del mar- pudo tener un bautizo tranquilito

Nuestro destino inicial era Krotoni -para empezar con poquitas millas- pero al hacer la escala para comer (36º39'4N 022º32'0E) vimos que el lugar no daba para quedarse a pasar la noche, que ya se sabe que en esto del mar no hay lugares buenos ni malos así en absoluto (bueno, alguno sí nos hemos encontrado, pero pocos) y lo que es bueno para el viento de W puede ser malillo -o muy malo- con viento del E.

Así que como los planes están para cambiarlos y ninguno estaba cansado de mar, después del almuerzo seguimos rumbo al sur en busca de Pto Kaio que según la guía es un lugar bonito y bien protegido para casi cualquier viento.


º


Y -como el mar siempre es una sorpresa- toda la tranquilidad de la mañana se truncó en movimiento por la tarde. Casualmente habíamos empezado la navegación con una demostración de los chalecos, explicación de la maniobra de hombre al agua... pues bien; tuvimos una tarde movidita -y divertida, creo yo- de esas que a veces nos regalan estas aguas: viento de unos 15 nudos de media que sin previo aviso racheaba hasta los 25/30 para volver a 10... y vuelta a emprezar

En estos casos no queda otra que poner la vela acorde con el viento más alto e ir haciendo millas como quien dice a trompicones, ahora escorando, ahora lento, ahora soltando mayor, ahora cazando; el caso es que Luz (que nos visitaba por tercera vez!) no perdió en ningún momento su eterna sonrisa, Carlos no pareció asustarse en ningún momento, y Antonio que ya llevaba un buen número de millas a sus espaldas... Antonio decidió que si habíamos explicado el uso del chaleco por algo sería y terminó la travesía ataviado con toda la seguridad del mundo ¡cómo tiene que ser!

Y a las 17'30, después de navegar unas 30 millas nos recibió tranquilo el fondeo de Puerto Kaio





Es una bahía amplia con diferentes esquinas en las que fondear según sople el viento




Con un par de barcitos en la playa donde poder tomar algo




Y un monasterio (eso nos pareció desde el fondeo) y una ermita que invitaban a las caminatas a final de la tarde, cuando cae el sol



Éramos tres veleros en el fondeo -llegaríamos a cinco- que decidimos quedarnos un día a la espera de que la meteo fuera favorable antes de cruzar el siguiente cabo rumbo al oeste, en un entorno que no tiene mucho -o no le falta de nada- según se mire!

Hay que decir que en estas aguas sólo hemos encontrado barcos de propietarios -ningún charter- suponemos que por la época del año y sobre todo porque no hay ninguna base de alquiler próxima- en resumen, que éramos pocos y tranquilos... nada que ver con lo que nos espera en los meses de verano


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Al día siguiente bajamos a tierra con Aleita y Johan decidió quedarse en el bar echando un vistazo a los correos y manteniendo siempre un ojo en el velero mientras los demás nos fuimos a investigar el monasterio



Lo cierto es que el camino se hace en su mayoría por asfalto y sin mucha sombra, pero a cambio las vistas que te regala son increíbles a un lado y otro del cabo



Al llegar al monasterio vimos que se trataba de un par de casas de veraneo y un edificio descuidado y medio en ruinas, nada demasiado especial, pero ya se sabe: a veces la gracia está en el camino y no en la meta



Y hablando de premios, pudimos cobijarnos un rato a la sombra de una higuera -los higos todavía verdes- y yo, sin moverme ni un centímetro, pude pasar un rato con mi padre, que se muere por los higos, que disfruta como un niño subiéndose a la higuera para recogerlos, que me enseñó de pequeña a comérmelos... y es que a veces una imagen o un objeto es capaz de transportarnos muy lejos. Un beso papi (aunque el médico te haya prohibido comer higos y la mami ya no te deje ir subiéndote a las higueras)





Y al regreso, para poner el colofón al paseo, conseguí esta foto que es un estupendo salvapantallas, el Alea en el paraíso...



Para cuando volvimos al bar a bebernos la merecida cervecita, Johan había comprado una miel casera estupenda (nos queda ya el culito del tarro) y vimos caer el sol sin hacer demasiado (¡vacaciones!)

Al día siguiente tocaba madrugar para cruzar el cabo antes de que el viento hiciera acto de presencia, así que nos fuimos a dormir tempranito, acompañados de las estrellas

Mañana será otro día

1 comentario:

Joaquin Casanovas dijo...

Hola chicos,
este mes de agosto vamos a navegar por el peloponeso en un velero mi novia y yo. Aparte del libro de Waters Pilot, estoy muy pendiente de lo que vais poniendo en vuestro blog sobre zonas especiales, puntos de fondeo que merezcan la pena...
Espero veros por ahí.
Estaremos la segunda quincena de agosto.
Os mando un abrazo fuerte.
Joaquin