sábado, 28 de enero de 2012

Grenada 1ª parte

Después del cruce, la travesía entre Tobago y Grenada fue como para recongraciarse con la navegación. Salimos a las 17'30, al mismo tiempo que nuestros nuevos amigos del Cupido que partían rumbo a Carriacou (con mejor ángulo de viento que nosotros!).


Como todo es relativo, si en Grecia una travesía de más de 50 millas me parecía una enormidad, ésta de 84 millas nos pareció un paseo. Una noche de guardias (el cuerpo todavía estaba acostumbrado) y al amanecer ya estábamos tocando nuestro destino. La isla nos recibió con chubascos y lo que nos sorprendió según nos aproximábamos a Pirckly Bay fue ver la cantidad de barcos que se podían divisar en cada fondeo ¿estában aquí todos los veleros del mundo? ¿habría algún huequito dónde echar el ancla del Alea??


Y sí, desde luego que había un huequito para nosotros. Después de dejar atrás la bahía de Charlotteville con sólo dos veleros, en Pirckly Bay había alrededor de cien... y cabían unos cuantos más!!


Echamos el ancla a las 08.00h justo para desayunar tranquilos en un nuevo país y nos fuimos a hacer los papeleos de la entrada. Fueron sencillos y rápidos y previo pago de 35 euros éramos legales en el país y podíamos bajar la banderita amarilla.



En el par de días que teníamos antes de que llegaran Ana y José Luis, nos dedicamos a buscar las tiendas náuticas y rebuscar cosillas -que cada uno tiene sus vicios y aficiones- y a conocer la capital a la que se llega fácilmente con un bus/furgonetilla que los lugareños conducen tal si estuvieran participando en una carrera de Fórmula 1... sin reglas!!!


También llenamos la despensa que estaba poco provista de producto fresco. Lo primero que nos sorprendió fueron los precios, para nuestro gusto muy caros... A ver: una docena de huevos cuesta alrededor de 3 €, un cartón de leche unos 2 €, una manzana (¡una!) 60 céntimos de €, una lata de cerveza (en un super) 1'1€; casi no hay carne en los supers (mejor en Grenada que en las siguientes islas) y la que hay es casi toda congelada (casi todo pollo -muslos y alitas, todavía no he descubierto qué hacen con las pechugas que es lo que a mí me gusta- y salchichas de frankfurt), un tarro de café solubre de 250 gr puede costar unos 8 €, lo mismo que un bote de mayonesa... pero la fruta es abundante y riquísima, hemos descubierto una verdura que se llama calalloo y que parecen espinacas y está muy buena pero no hemos visto más que algún pimiento y berenjena ocasional y nada de calabacines u otras hortalizas. En resumen, que nos hemos ido adaptando a los productos del lugar y nos hemos ido acostumbrado a los precios lugareños (no os queda otra!)




Eso sí, mirad lo que encontramos!



Y después nos dedicamos -ya con nuestros amigos a bordo- a descubrir la isla.

Primero fuimos a la capital... con Alea, para poder pasearla sin prisas por la noche. Decidimos entrar en la marina (hay dos: Grenada Yacht Club -la barata- y Port Louis -la cara); pagamos... bueno, os explico primero cómo fue nuestro arribo al pantalán para explicaros cuánto y por qué lo pagamos.

Es de todo el mundo sabido que yo con las boyas no me llevo muy bien (sí, sí, falta de práctica, pero mientras practico... doy penita) y al llegar vimos que había que coger una boya por proa; teníamos que pasar nuestro propio cabo e ir largándolo -tenía que ser un cabo largo- hasta que la popa lleguara al pantalán.

Justo cuando llegamos hacía un viento de narices y ahí estaba Johan intentando llegar a la boya y los otros tres intentando pescarla; por proa ni pensarlo (la cogimos, perdimos un bichero, lo recuperamos pero no hubo forma de pasar el cabito de los ***) así que nos fuimos a cogerla por popa ¡y la cogimos a la primera! A todo esto os tenéis que imaginar a Johan a la rueda, el viento, y a nosotros paseando con con 50 metros de cabo por todo el barco hasta llegar a la proa... Johan nos iba gritando órdenes y yo lo entendiéndolas todas del revés. Resultado, cuando Ana estaba a punto de pasar los amarres por popa (o sea, que ya estábamos en el sitio), en proa perdimos el dichoso cabito... y teníamos que volver a empezar.

Como diría nuestro buen amigo Theo ¡tragedia!

El marinero se acercó en su zódiac (podía haberse acercado para ayudarnos en la maniobra... pero no) para sugerirnos que amarráramos de costado y yo con ojos suplicantes le pedí a Johan que aceptara aunque fuera más caro... así que lo que tenía que costar 22 euros nos costó 30; yo sigo aprendiendo (despacio).

El precio de la marina es por la medida del barco y la otra marina tiene una tarifa de justo el doble que la de Grenada Yacht Club donde pernoctamos nosotros.


Sant George's es una ciudad, mmmm, no sé bien cómo definirla ¿caótica? ¿colorida? ¿divertida? ¿bulliciosa? ¿un poco sucieta? ¿aromática?, esta es la isla de las especies y el olor a nuez moscada y canela está por todos lados, ¿viva? ¿joven? ¿escandalosa? ¿pobre? ¿la suma de todos los anteriores?



Nos perdimos por los supermercados, por el mercado de fruta y verdura, por los baretos de los lugareños, por las callejuelas que suben y bajan, encontramos el CSI del lugar, y en el super que hay frente a este edificio, la prueba de que no se andan con chiquitas!,


paseamos por el Carenage donde nos tomamos un zumo en un bar precioso, y de vuelta a casa!



Dicen las guías que manejamos que Sant George's es el puerto más bonito de todo el Caribe. Bueno, para gustos los colores, no diría yo tanto, pero sí es cierto, que desde la terracita del bar, las fachadas de colores pintando la ladera verde de la montaña hacían de la vista un lindo espectáculo



Otro de nuestros destinos -al volver de Carriacou- fue la bahía de Hog Island. Llegamos con las justas en domingo por la tarde porque nos habían dicho que había una barbacoa en un barcito en la isla; fondeamos al son de la música y sin más demora nos fuimos a la islita... y desde luego nos integramos en el medio!!!




Era un poquito tarde para la comida, pero aun encontramos algunos restos del menú (lo que veis en la foto 15 $EC; 1$EC=1/3€ más o menos)



Nos echamos unos bailes



Y confraternizamos con los otros navegantes que abarrotaban el lugar!





Desde Hog Island es fácil llegar con la auxiliar hasta Court Clark Bay y desde allí hacer alguna excursión... porque Grenada es especialmente bonita para perderse por su interior. Así que desde ese punto decidimos alquilar un coche e ir a visitar las famosas cascadas, fábricas de chocolate y demás. Pero eso sin duda... gue una aventura que merece capítulo propio.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola navegantes

tengo una duda. esos precios tan caros son precio turista o los lugareños tambien tienen que pagar ese precio

saludos

J.

Martin Iut dijo...

Muy bonita la entrada. Gracias por compartirlo. Un gran abrazo, como siempre para lo que necesiten...