martes, 5 de abril de 2016

Bahìa Mansa



26 de marzo

Salimos de nuevo al amanecer. A veces madrugar tiene premio y si madrugas para navegar, la posibilidad de que te toque un amanecer único es mayor que si madrugas para ir a la oficina. Este ha sido sin lugar a dudas uno de los amaneceres más bellos, espectaculares y largos que hayamos vivido en nuestros casi 8 años de vida a bordo. Será que nuestros amigos se merecían un broche de oro como despedida.





















Llegamos a Bahía Mansa donde tienen su base numerosos barcos de pesca artesanal. El lugar se ve protegido pero hay muchos barcos, muchísimos; todos tienen un ancla echada, cabos entre ellos, cabos en popa a tierra. Eso significa que el mar es una maraña de cabos, casi todos tensos como cuerdas de violín. Meterse ahí significa apostar por una plaza (abarloarnos a alguien, elegimos uno de los extremos de la primera fila, un pescador nos indica a gritos que mejor al otro lado), echar el ancla lo más lejos posible (para evitar cruzar nuestro ancla con una de ellos), dar atrás sin coger con la quilla, el timón o la hélice uno de los cabos. Diego comenta que hacer eso en la noche es un suicidio; a mí me parece que hacerlo de día es como jugar a la ruleta rusa con más de una bala en el tambor. Vamos manejando bien la situación, Johan va derechito al costado de uno de los barcos, sin comerse ningún cabo y ¡zas! cuando nuestra popa ya está junto al balcón de proa del vecino y el barco para en seco. Mal menor: no hemos pillado cabos pero hemos sido tan precavidos con lo de echar el ancla lejos, que nos hemos quedado sin cadena. Hacemos firme el barco al vecino (nuestra popa a su proa) y ponemos el cabo de extensión de cadena que está siempre a punto. Largamos unos metros más y listos. Amarre estresantemente perfecto.



Diego y Johan van a averiguar cómo podemos ir a la ciudad de la que nos separan unos 60 km (necesitamos un nuevo zarpe, ya solo para dos tripulantes); Ceci y yo nos ponemos ha cocinar. Cuando todavía no tenemos peladas todas las verduras llegan los chicos: han hablado con Hugo, un tipo de un par de barcos más allá y él nos puede llevar a tierra en una hora, nos va a dejar en capitanía para que resolvamos el zarpe, nos da un rato para compras y él mismo se ofrece para traernos de vuelta en su coche antes de que caiga la noche, todo a cambio de nada, porque la gente está para ayudarse. Por si fuera poco él tiene que cargar diesel en su barco y se lo traen al día siguiente así que se ofrece a gestionar que nos traigan 200 litros para nosotros. Hay días en que uno siente que ha nacido con estrella!

La parte mala es que Diego y Ceci tienen que hacer sus mochilas a la carrera y casi no alcanzan a despedirse del velero... me siento como si me hubieran arrancado un diente tirando del hilito cuando menos me lo esperaba. Así son las cosas a veces, os vamos a echar de menos pareja.

27 de marzo.

La tarde anterior tuvimos tiempo de hacer el zarpe, comer algo con nuestros amigos, despedirnos entre lágrimas y promesas de un nuevo encuentro y hasta pudimos ir al super a por algo de verdura fresca. Hugo nos devolvió puntual a casa.

Hoy es lo que se puede llamar un día tonto. Nos levantamos los dos solos y nos cuesta acostumbrarnos a que Diego y Cecilia ya no están aquí. Lo único que tenemos que hacer es esperar a que el vecino nos traiga el diesel (nos dijo a las 12h, luego hablo de las 14 y finalmente de las 16h). La meteo es perfecta para navegar y nos estamos comiendo las uñas por no poder salir, pero el diesel es fundamental porque los lugares en que podemos cargar suponen desvíos importantes de la ruta. Esperamos. Esperamos. Esperamos... a las 18h nos avisa de que el diesel está listo; cargamos a la carrera y sin más salimos. Son las 19 horas y tenemos luz para salir de la bahía.
Soltamos amarras y empezamos a recoger cadena. Todo va bien... hasta que va mal. Con la cadena nos hemos cogido a una de las anclas de fondeo. Una de esas anclas de pescador que si no la pillas por aquí, la pillas por allá; menos mal que tenemos práctica de nuestro paso por Grecia... en a penas 10 minutos estamos listos y en ruta. Nos queda una larga noche por delante
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At 30/03/2016 13:45 (utc) our position was 53°15.44'S 073°22.23'W

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